2 de junio de 2015

Restauración de la Fares-Video (I) - La maca ha vuelto

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A raíz de pillar la base MVS y empezar a trastear de nuevo con el tema arcade, que creía tenía olvidado pero que nunca ha dejado de circular por mis venas, me he vuelto a embarcar en la aventura de tener una máquina recreativa. Son parte de mi infancia, recuerdos entrañables con mi abuelo dándonos los cinco durillos en el Recreativo Europa y mi hermano dándole al Super Hang-On.


Hace casi 8 años que pensé en tener una al descubrir un foro en Internet en el que la gente las compraba y las restauraba. Siempre dije que el dinero que invertí en la Videoval ha sido uno de los dineros mejor gastados de mi vida pero, llegado el momento, la vendí para comprar el salón de mi casa. Estoy tranquilo porque la vendí a un amigo que la disfrutará y la cuidará como yo lo hice y, aunque no me arrepiento de haberla soltado, sí es verdad que me dejó un pequeño vacío. Vacío que ahora vuelvo a llenar con esta nueva andanza. 


SÁBADO, 16 DE MAYO




[caption id="attachment_36" align="alignleft" width="222"]Así llegó a casa! Así llegó a casa![/caption]

Allí estábamos, mi mujer (te quiero!) y yo con el todoterreno de mi suegro, dispuestos a recoger el mueble Fares-Video que compré a unos colegas. Es un mueble bonito, más pequeño que los muebles de 25 pulgadas convencionales, con tres botones por jugador y fabricado en Cádiz por FARESA, un antiguo operador de recreativos que tenía su taller en la Zona Franca. A pesar de la dura negociación, la saqué por un precio justo, vistos los desperfectos que tenía el mueble. A saber:




  • La madera de la marquesina hinchada por la humedad (se ve que le había caido agua encima) y toda podrida.

  • Los laterales agrietados por el mismo motivo.

  • El panel de control oxidado y rayado. Además, tiene un vinilo adhesivo negro encima que me da que cubre más desperfectos.

  • Puerta de monedero oxidada y abollada. La del cajón de recaudación estaba cerrada y no tenía llave (F*CK!)

  • Los bajos hechos polvo, ruedas atascadas y patas oxidadas.

  • Electrónica y cableado sucísimos y con papeletas de producir cortos.

  • Fuente de alimentación reventada estéticamente.


Pero no todo son desventajas:




  • El monitor y la fuente son Hantarex. Tengo un 25 pulgadas con su fuente US250, que no está mal.

  • La marquesina no es de cristal, sino de metacrilato. Menos fragilidad y menos problemas, por tanto.

  • El panel de control no se ve difícil de modificar en cuanto a número de botones.

  • Dos monederos mecánicos, de 20 cents y 1€. El estado en que están es chungo pero se pueden reparar.

  • Tiene placa de control para el monedero y los ajustes del monitor.


La compré con ilusión pero, a la vez, con reservas. Nunca me había embarcado en algo similar. La Videoval llegó en muy buen estado de madera y, aunque tuve que meterme en arreglar la electrónica, no resultó demasiado difícil dejarla a mi gusto. Esto es otro tema. Entramos en otra liga. Fue la ilusión lo que me hizo echarle redaños y plantearme el dejarla como yo quería.


Una vez pagada, la cargamos en el coche y nos la trajimos a casa. Mi cuñado nos ayudó de manera impagable (¡nada que un McDonalds no arregle!) y procedimos a darle un primer limpiado. Tocaba desmontaje de puertas, del panel de control, paños húmedos, Mistol, KH-7, lejía... polvo por todas partes, mugre intensa y restos de insectos. Casi tres horas de curro incansable que acabaron un resultado más que aceptable.




[caption id="attachment_26" align="aligncenter" width="300"]IMG_20150517_120235-e1433242568912 La zona de potenciómetros, llena de insectos, polvo y mierda varia.[/caption]

Tocaba elaborar la lista de temas por hacer:




  • Reparar madera de la marquesina.

  • Arreglar los anclajes del monitor.

  • Lijar y pintar las puertas de monedero y recaudación, así como otras piezas metálicas.

  • Reparar las grietas de los laterales.

  • Comprar palancas y botones nuevos.

  • Repasar los monederos.

  • Repasar la electricidad, luz de marquesina y fuente de alimentación.


Un trabajazo me espera, un curro bien duro del que iré dejando constancia aquí.

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