En el post anterior detallé que mi única experiencia física con la saga fue cuando probé el de Megadrive. El siguiente juego de la saga que caté fue Fatal Fury: Real Bout para Playstation, en casa de mi amigo Ryu. Recuerdo que fuimos a comprarlo a un videoclub
que estaba a punto de cerrar y que tenía juegos de Playstation de
saldo. Ryu lo compró y pasamos buena parte de la tarde en su casa
dándole caña.
El Real Bout es un juego que ya de primeras impresiona. Cuando ves ese portadón en el que aparecen Geese y sus secuaces (Billy Kane trajeado es todo un dandy) ya te dices que hay que conseguirlo. En cuanto a jugabilidad, hay detalles que vienen de Fatal Fury 3 como los tres planos de juego en lugar de los dos del primer juego o temas como Guard Cancels, etc. Es un juego que merece mucho la pena, no ya por su posición en la saga, sino como juego de lucha 1vs1 en general.

La
historia que nos ponía delante era digna de película de acción ochentera: 10 años después de la muerte de Geese, con Terry ejerciendo de
protector de Rock Howard, el hijo del asesino de su padre, durante la
celebración de un nuevo torneo King of Fighters. Sólo por el nuevo
diseño de Terry ya estábamos pegados al mando de la blanca de SEGA. La jugabilidad es inmensa y el apartado gráfico y sonoro, con una banda sonora sublime, nos enganchó desde el principio.

Bajo
mi punto de vista, a Street Fighter le salieron en su día muchos
destronadores como juego de lucha capital en 2D (¿alguien recuerda
Eternal Champions?). Si yo tuviera que elegir alguna saga, desde luego
la de Fatal Fury sería una de mis candidatas por sus diseños, su
jugabilidad y, principalmente, por esa historia tan ligada a cada una de
las sagas de lucha de SNK, carne de guión de una buena peli de acción de los 80.
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